Boabdil - MILENO GRANADA

Vaya al Contenido

Menu Principal:

Boabdil

PERSONAJES

BOABDIL
Muhamed Abú Abdallah (Granada, 1459 – Fez, 1533) fue el último rey de Granada, que reino con el nombre de Muhámmad XII, miembro de la dinastía nazarí, llamado por los cristianos Boabdil o Boabdil el Chico y conocido popularmente en su tiempo con el sobrenombre Al-Zugabi, "el Desdichado". Fue llamado por los castellanos y aragoneses "el Chico" no por su tamaño sino por su menor edad comparado con su padre y tío.
Boabdil, aprovechando la ausencia de su padre, rompió el pacto y tomó la Alhambra y con ella la autoridad real. Mientras tanto, Muley, junto con su hermano Abdallah el Zagal y lo mejor de las tropas nazaritas, derrotó a los cristianos en Málaga. Boabdil, celoso de los triunfos militares de su tío, salió de Granada para atacar directamente los campamentos cristianos de los alrededores; fue derrotado en Lucena en 1483, donde cayó en poder de los Reyes Católicos. Para recuperar su libertad se vio obligado a firmar el denominado Pacto de Córdoba, por el cual se comprometía a entregar la zona del reino que controlaba su tío a cambio del apoyo cristiano para recuperar Granada, que se encontraba de nuevo en poder de su padre; además se declaraba vasallo de los Reyes Católicos.
A la muerte de Muley en 1485, sus partidarios promovieron al trono a su hermano El Zagal, lo que volvió a desatar la guerra civil, impulsada por los Reyes Católicos que apoyaron con tropas las pretensiones de Boabdil, para continuar de este modo con su política de debilitar al reino nazarita con continuas guerras intestinas. Se llegó, tras este nuevo conflicto, a una solución de compromiso, por la cual se dividía el reino entre los dos pretendientes, ambos residían en Granada, El Zagal en la Alhambra y Boabdil en el Albaicín.Nacido en la Alhambra, hijo de Muley Hacén y la sultana Aixa.
Las rivalidades entre su madre, Aixa, y la favorita de su padre, la cristiana Isabel de Solís, que al convertirse al Islam adoptó el nombre de Zoraida, fomentaron la lucha en el harén que se tradujo en el enfrentamiento entre los dos bandos que se disputaban el poder del reino: los zegríes y los abencerrajes. Los primeros apoyaban a Muley, mientras que los abencerrajes apoyaron a su hijo, expulsado del reino junto con su madre a causa de estas disputas.
Con motivo de una revuelta de los seguidores de Boabdil, éste fue encarcelado junto con su madre en la Alhambra; al poco tiempo consiguió escapar con la ayuda de las doncellas de su madre y reunirse con sus partidarios, a los cuales convocó en Guadix. Desde allí marchó sobre la ciudad de Granada, donde fue reconocido soberano en 1482 por los abencerrajes. Su padre, sin apoyos en esos momentos, tuvo que refugiarse en Málaga desde donde, ayudado por los zegríes, consiguió recuperar el poder que le arrebató su hermano Abdallah el Zagal, apoyado por los Venegas. Entonces se produjeron sangrientos combates entre el tío y el sobrino por las calles de la capital en los que se mezclaron las masas populares descontentas por los elevados impuestos a los que estaban sometidos. La lucha sólo se detuvo ante la noticia del ataque cristiano a Loja; entonces, tanto Muley como El Zagal y Boabdil decidieron establecer una tregua momentánea en la cual se mantenían las posiciones de cada uno bajo la promesa de no adoptar ninguna medida hasta no finalizar con la amenaza cristiana. Con ese propósito Muley salió de Granada a la cabeza del ejército para enfrentarse a las tropas de los Reyes Católicos.
Boabdil, aprovechando la ausencia de su padre, rompió el pacto y tomó la Alhambra y con ella la autoridad real. Mientras tanto, Muley, junto con su hermano Abdallah el Zagal y lo mejor de las tropas nazaritas, derrotó a los cristianos en Málaga. Boabdil, celoso de los triunfos militares de su tío, salió de Granada para atacar directamente los campamentos cristianos de los alrededores; fue derrotado en Lucena en 1483, donde cayó en poder de los Reyes Católicos. Para recuperar su libertad se vio obligado a firmar el denominado Pacto de Córdoba, por el cual se comprometía a entregar la zona del reino que controlaba su tío a cambio del apoyo cristiano para recuperar Granada, que se encontraba de nuevo en poder de su padre; además se declaraba vasallo de los Reyes Católicos.la muerte de Muley en 1485, sus partidarios promovieron al trono a su hermano El Zagal, lo que volvió a desatar la guerra civil, impulsada por los Reyes Católicos que apoyaron con tropas las pretensiones de Boabdil, para continuar de este modo con su política de debilitar al reino nazarita con continuas guerras intestinas. Se llegó, tras este nuevo conflicto, a una solución de compromiso, por la cual se dividía el reino entre los dos pretendientes, ambos residían en Granada, El Zagal en la Alhambra y Boabdil en el Albaicín.
En 1486 los cristianos reanudaron las hostilidades contra Granada, tras considerar que el pacto alcanzado por los caudillos musulmanes rompía la anterior tregua establecida con Boabdil. Las tropas cristianas sitiaron la ciudad de Loja y capturaron de nuevo a Boabdil que había acudido a defenderla. Se le impuso la renuncia al título de rey de Granada, a cambio del cual recibiría uno de grandeza de España. Ello le ocasionó de nuevo el enfrentamiento con su tío y la guerra civil, que finalizó cuando los cristianos sitiaron Vélez Málaga a cuya defensa acudió El Zagal. En su ausencia, Boabdil se adueñó de la totalidad de la ciudad de Granada y El Zagal tuvo que refugiarse en los últimos territorios que aún poseía: Guadix, Almería y Baza, desde donde fue atacado tanto por los cristianos como por su sobrino, hasta que en 1489 El Zagal fue derrotado por las tropas cristianas, aunque otras fuentes dicen que Al-Zagal llegó a un acuerdo con Isabel y Fernando, avanzando éstos sus posiciones y cercando a Boabdil. Los Reyes Católicos conminaron entonces a Boabdil a rendir la capital de acuerdo con lo pactado en Loja, pero el rey nazarí se negó alegando que su pueblo no se lo perdonaría nunca. Los Reyes Católicos emprendieron entonces el sitio de Granada que a finales de 1491 se rindió a los cristianos, que la tomaron el dos de enero de 1492.
Boadbil, consintió en la entrega del reino como algo inevitable, vista la superioridad numérica y anímica del bando enemigo, pero intentó asegurar antes de su partida que sus antiguos súbditos fueran tratados sin violencia. Su objetivo fue lograr que se respetaran sus bienes y su religión musulmana, acaptando a cambio su exilio en un valle apartado de la Alpujarra. Se firmaron así las capitulaciones de Santa Fe, e las que se dejaba claro el respeto mutuo que existiría entre ambas comunidades. Boabdil recibía en compensación el señorío de la Alpujarra, al salir de Granada camino de su exilio en las Alpujarras, cuando coronaba un collado, volvió la cabeza para ver su ciudad por última vez y lloró, escuchando de su madre la sultana Aixa:

 «llora como mujer lo que no supiste defender como hombre»
 Sultana Aixa, madre de Boabdil.

Debido a esto ese monte recibe el nombre del Suspiro del moro. Esta leyenda parte de la imaginación del padre Echevarría que en el siglo XVIII publica el libro Los Paseos de Granada en los que pretende denigrar la figura de Boabdil, aunque quizá con el tiempo es lo contrario lo que permanece.

En su exilio alpujarreño, se instaló en la población almeriense de Laujar de Andarax siendo ésta su última residencia en la península ibérica. Antes de partir, el Rey Chico dio orden de levantar el Cementerio Real de la Alhambra, conocido como La Rauda, para que sus ascendientes no quedaran en tierra cristiana. Boabdil trasladó los restos de sus antepasados hasta Mondújar, en donde, camino de Laujar, mandó construir un nuevo cementerio real en sitio tan secreto que hasta la fecha tampoco ha sido investigado, y por tanto, encontrado.
Su mujer Morayma murió al año de llegar a Laujar, por una enfermedad. Él recibía noticias de que los pactos que pusieron fin a la guerra no se estaban cumpliendo en Granada. Los árabes que allí quedaban seguían sufriendo represalias. Al final vio que su situación era insostenible allí y se acabó asentando en el norte de África, en la corte de un pariente suyo. Boabdil pudo salir de Laujar de Andarax camino de Fez con los restos de su mujer, hacer una parada en el Castillo de Mondújar para sepultarla junto al resto de los reyes nazaritas, y seguir camino hacia el puerto por el que tenían que embarcar otras fuentes indican que recogió los restos de sus antepasados en Santa Fe de Mondújar, junto a Talará (Granada). La tristeza del Rey Chico tuvo que ser aún mayor, ya que tuvo que recorrer más de cien kilómetros de intrincada Alpujarra con los restos de Morayma, una vez enterrada su mujer en Mondújar, Boabdil  embarca en octubre de 1493 con un total de 6.320 personas, de las cuales, según el secretario de los Reyes, 1.700 eran de la capital, 230 de algún lugar que no entraba en la capitulación, pues pagaban derechos, y el resto, es decir, 4.350, de la Alpujarra. Parece que la gran mayoría partieron hacia Fez, unos pocos hacia Bujía y sólo 270 salieron hacia Turquía.
Sobre el puerto en el que Boabdil embarca hacia Marruecos hay dos versiones una de ellas, defendida por el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Granada, Cristóbal Torres Delgado, asegura que el Rey Chico se despidió de su reino desde el puerto de Adra (actual provincia de Almería). La otra teoría fue enunciada por el Conde de Banalúa, quien afirmó que Boabdil marchó a Fez desde el mismo puerto por el que entrara siglos atrás Abderramán I, esto es Almuñécar (provincia de Granada) o desde Motril.
Una vez que llego al norte de Africa vivió el resto de su vida como un príncipe en el reino de Fez, gobernado por su pariente Muley Ahmet ben Merini. Junto a éste luchaba en la batalla del vado de Bacuna en 1527 cuando recibió una herida que le causó la muerte.

 
Regreso al contenido | Regreso al menu principal