Tabaco IV

A través del humo, se incorporan los distintos elementos contenidos en el tabaco, provocando efectos nocivos en fibroblastos, células sanguíneas e inflamatorias, en el sistema inmunitario celular y humoral. El calor producido por la combustión del cigarrillo tendrá contacto directo con la mucosa oral, provocando efectos nocivos sobre la misma, entre ellos, periodontitis, gingivitis, aumento de la pérdida de inserción, etcétera.

También se atribuye al tabaco la falta de absorción de las vitaminas A , B y C .

La acción del monóxido de carbono, el alquitrán y la nicotina además de producir adicción:

  • Aumenta el riesgo de cáncer pulmonar, de laringe, órganos digestivos y aparato urinario.
  • Predispone a la bronquitis crónica, al enfisema, a la EPOC y a la úlcera péptica. Está demostrado que predispone a la arteriosclerosis con sus manifestaciones a nivel coronario, arterial periférico y cerebral.
  • Es factor de riesgo en el aneurisma de la aorta abdominal y factor agravante de la hipertensión arterial .
  • El tabaco induce efectos hemodinámicos agudos, algunos inducidos por aumento de la actividad del sistema nervioso simpático. Aumenta la frecuencia cardíaca, provoca vasoconstricción inadecuada, aumento de la tensión arterial y del consumo de oxígeno.
  • Favorece la agregación plaquetaria y la disfunción endotelial. La oxigenación tisular también se compromete por incremento de la carboxihemoglobina.
  • Los fumadores son más propensos a padecer las consecuencias de la llegada de las bajas temperaturas, especialmente si padecen afecciones en las vías respiratorias, cuyas consecuencias producen la muerte de 10 millones de personas por año en el mundo.
  • En tanto, la bronquitis crónica es la enfermedad más común que sufren los fumadores en época invernal y se caracteriza “por la tos y la expectoración que persiste durante tres meses por dos años consecutivos”, aseguró Montaner.
Pulmones sanos y pulmones de un fumador
Pulmones sanos y pulmones de un fumador

[VOLVER]